Viaja al centro de ti mismo

La oración es como un viaje. Un viaje hacia dentro, a parajes sorprendentes, donde has estado pocas veces. Es un viaje que nunca cansa pues, cuanto más lo frecuentas, se desvelan nuevos mundos insospechados. Para viajar es imprescindible hacer silencio y relajarte.

1. Toma una postura cómoda, que no tengas que estar cambiando constantemente. En algunos momentos, caminar puede ayudar. Lo más eficaz es sentarse en una silla ni muy alta, ni muy baja, con las piernas en ángulo recto y la espalda recta, descargando el peso de los hombros sobre el tronco. Mete las manos debajo de tus glúteos y tira hacia atrás de tus huesos isquiones, notarás cómo la espalda se recoloca.
2. Relájate. Cierra los ojos y piensa en tu respiración, cómo va entrando el aire en los pulmones y como va saliendo. No intentes controlarla, simplemente sé consciente de ello. Sé consciente de diferentes partes de tu cuerpo. [Puedes utilizar distintas técnicas de relajación que te ofrecemos en esta misma página]
3. Sé consciente de que estás aquí y ahora, dispuesto a escuchar. Repite dentro de tu cabeza: aquí estoy, dispuesto a escuchar.