Reconoce a quien te escucha

Normalmente creemos que somos nosotros los que oramos. Que todo depende de nosotros y, de esta manera, casi todo se fundamenta en hablar.

No es verdad. Es el Espíritu de Dios el que ora en nosotros. Por eso es bueno pedirle a Dios que nos ayude a orar. Este momento, antes de empezar la oración propiamente dicha, es muy importante. Se trata de centrar la oración en aquel que te escucha y no en tí y tus problemas egocéntricos.

  1. Intenta formular una petición a Dios antes de empezar a orar. Puedes pedir que te ayude a orar, que se haga sentir su amor; puedes pedir que te ayude a conocer, que te perdone,...
  2. Cuando hayas formulado tu petición dile a Dios que no te importa si te concede o no lo que le has pedido: que Él es mucho más sabio que tú para concederte lo que más necesitas. Este ejercicio te hará caer en la cuenta de que lo más importante en la oración no es el contenido sino con quién estás hablando.
  3. De repente, te harás consciente de la presencia inequívoca de Aquel que te escucha y está ahí, delante de ti, dentro de ti amándote.
  4. Ahora sí. Ahora ya. La oración está servida porque la oración, por encima de todo, es relación.

 

 
 
 

 

 

Volver a manual de uso
Volver a Oración
Tiempos litúrgicos
Celebraciones para grupos
Oraciones para grupos
Métodos de oración
Prejuicios y pretextos sobre la oración
Orar con el arte
Orar con el Padrenuestro
Oraciones en mp3

 

 

 

 

 

"La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de El". (San Agustín)

"Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde la prueba como desde dentro de la alegría". (Santa Teresa de Lisieux)

"A mi parecer no es otra cosa oración sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama". (Santa Teresa de Jesús)